sábado, 6 de agosto de 2016

Reseña: Con Cuatro Rosas, de Juan Carlos Valero.


DATOS DEL LIBRO 

  TÍTULO: Con cuatro rosas

AUTOR: Juan Carlos Valero

Nº DE PÁGINAS: 232
ENCUADERNACIÓN: tapa blanda
 
LENGUA: castellano

FORMATO: papel y digital (yo lo he leído en digital)

GÉNERO: romantica.

NOTA: 4 / 5
 


Daniel y Cristina son dos jóvenes que, como otros tantos, se conocen y enamoran. Un error de juventud y una tragedia los separará, pero pronto descubrirán que algo sigue uniéndoles. Un nexo inexplicable, un sonido que les acompañará en los siguientes años. Sus vidas pueden tomar caminos distintos, pero... ¿Podrá la magia o el destino unirlos de nuevo?
Acompáñalos en esta historia y descubre que extrañas vueltas les reserva el destino. ¿Terminarán juntos al fin o el futuro los llevará por caminos cada vez más distantes? ¿Es para siempre el amor verdadero?






  

Voy a empezar dando mi opinión con una frase rematadamente poco original, muy trillada y que no hace justicia al libro: me he gustado mucho. Muchísimo. 


A pesar de ser corta, es una novela de las que yo denomino “densas”. Esas que en muy pocas palabras te cuentan muchas cosas. En tan solo seis capítulos te da tiempo a emocionarte, alegrarte, quedarte sin respiración, … Es una narración, en prosa, en un estilo medio culto que llega muy bien al lector y que hace que cualquiera se pierda entre sus líneas con una facilidad pasmosa. Yo, que soy firme defensora del papel, ya que siento que los libros en digital no consiguen atraparme como deberían, creo que un libro te demuestra de qué está hecho, si vale o no te va a gustar, en las primeras cincuenta páginas. Este me enamoró desde las primeras treinta. Bueno, para ser fiel a la verdad, se metió en mi cabeza desde que vi el booktrailer en la página del autor, a la cual podéis acceder AQUÍ.


Los personajes me parecen muy bien construidos, definidos. Llegas a conocerlos a fondo, a saber lo que les mueve, qué les pasa por la cabeza e incluso como pueden llegar a reaccionar, pero sin convertir esto al libro en predecible. Creo que las parejas de personajes se complementan muy bien, aunque, como lectora, haya detestado ciertos impulsos que han hecho a los protagonistas separarse.


El argumento no para de dar giros sin llegar a marear, de hacer que la historia se llene de nudos evitando caer en la redundancia de hechos. Se desarrolla de manera cíclica y presume de una estructura circular muy bonita en la que vemos como, en el mismo momento en que una vieja historia de amor completa su ciclo, otra, más joven e inocente, inicia sus pasos. La trama, para mi parecer, está construida de forma muy inteligente pero aquí es donde le tengo que poner un pero, una pega. Este libro no me ha resultado fácil de leer ya que he tenido que estar muy atenta a todo. En esta obra, el autor nos presenta la historia narrada desde el punto de vista de varios personajes sin llegar a usar el perspectivismo puro, eso sí, y ocupando un periodo de tiempo muy extenso en el que da muchos saltos. Esto ha hecho que haya tenido que estar pendiente de quién me estaba contando qué, cuántos años habían pasado, la situación en la que se encontraban, … llegando a provocar que en las primeras líneas de cada salto temporal estuviera un poco perdida.


Centrándonos ya en lo personal, he adorado cada uno de los detalles que hacen que esta obra tenga su sello personal. Me parece que, al tratar tanto el tema del destino y aunque yo no crea en que las cosas están escritas desde un primer momento, hace de la historia una adicción, un misterio que se necesita resolver. Me ha llamado mucho la atención cómo lo que al principio parecían detalles sin importancia, como el campanilleo o el anillo, han acabado siendo factores determinantes. Tiene, además, una función catártica muy interesante y cuando acabas las últimas palabras te deja un buen sabor de boca. 


Obviamente y sintiéndolo mucho, no creo que vaya a estar en mi top de final de año, pero eso no le resta valor. Es una historia entretenida, bonita, dolorosa a rabiar, fresca, con una trama poco vista o que, al menos, yo no estoy acostumbrada a leer. En definitiva: me ha resultado besgarradoramente entrañable.







 Juan Carlos Valero, en el blog de su novela, nos cuenta lo siguiente sobre él mismo:

<<Vine al mundo allá por el mes de abril de 1966, en Barcelona. Estudié para fotógrafo, en la época del revelado de negativos y el positivado manual, mucho antes de que la informática cambiara todo el sector y me reciclé a informático que es lo que me da de comer cada día. Radioaficionado y curioso por las temáticas paranormales (vamos, que me gusta más una historia de fantasmas que a un tonto conducir un tranvía), la literatura siempre estuvo presente en mi vida. Gracias a la influencia de mis padres, crecí con un libro en las manos. Ellos me enseñaron la belleza de la lectura y nunca más pude dejarla.

A lo largo de los años escribí algunos relatos cortos de ciencia-ficción que no pasaron del círculo de conocidos, aunque alguno se intentó publicar con poco éxito. Durante un par de años nos dedicamos entre algunos amigos y yo a publicar una revista de aficionados (un fanzine) de nombre PULSAR, donde vieron la luz algunos relatos míos junto con trabajos de algunos colaboradores.

Padre de dos hijos, divorciado y en trámites de formar nueva familia, intento plasmar en mis obras algo de lo que la vida me hizo vivir. Así que finalmente me puse por faena y plasmé mi primera novela "Con Cuatro Rosas", en parte reto - por ser literatura romántica, muy alejada de lo que escribía normalmente - y en parte deseo insatisfecho de plasmar una temática que considero muy importante y que es el amor.

Actualmente trabajando en otro libro, todavía sin fecha de finalización.>>


 




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