TÍTULO: Con cuatro rosas
AUTOR: Juan Carlos Valero
Nº DE PÁGINAS: 232
ENCUADERNACIÓN: tapa blanda
LENGUA: castellano
FORMATO: papel y digital (yo lo he leído en digital)
GÉNERO: romantica.
NOTA: 4 / 5
Daniel y Cristina son dos jóvenes
que, como otros tantos, se conocen y enamoran. Un error de juventud y una
tragedia los separará, pero pronto descubrirán que algo sigue uniéndoles. Un
nexo inexplicable, un sonido que les acompañará en los siguientes años. Sus
vidas pueden tomar caminos distintos, pero... ¿Podrá la magia o el destino
unirlos de nuevo?
Acompáñalos en esta historia y descubre que extrañas vueltas les reserva el destino. ¿Terminarán juntos al fin o el futuro los llevará por caminos cada vez más distantes? ¿Es para siempre el amor verdadero?
Acompáñalos en esta historia y descubre que extrañas vueltas les reserva el destino. ¿Terminarán juntos al fin o el futuro los llevará por caminos cada vez más distantes? ¿Es para siempre el amor verdadero?
Voy a empezar dando mi opinión
con una frase rematadamente poco original, muy trillada y que no hace justicia
al libro: me he gustado mucho. Muchísimo.
A pesar de ser corta, es una
novela de las que yo denomino “densas”. Esas que en muy pocas palabras te
cuentan muchas cosas. En tan solo seis capítulos te da tiempo a emocionarte,
alegrarte, quedarte sin respiración, … Es una narración, en prosa, en un estilo
medio culto que llega muy bien al lector y que hace que cualquiera se pierda
entre sus líneas con una facilidad pasmosa. Yo, que soy firme defensora del
papel, ya que siento que los libros en digital no consiguen atraparme como
deberían, creo que un libro te demuestra de qué está hecho, si vale o no te va
a gustar, en las primeras cincuenta páginas. Este me enamoró desde las primeras
treinta. Bueno, para ser fiel a la verdad, se metió en mi cabeza desde que vi
el booktrailer en la página del autor, a la cual podéis acceder AQUÍ.
Los personajes me parecen muy
bien construidos, definidos. Llegas a conocerlos a fondo, a saber lo que les
mueve, qué les pasa por la cabeza e incluso como pueden llegar a reaccionar,
pero sin convertir esto al libro en predecible. Creo que las parejas de
personajes se complementan muy bien, aunque, como lectora, haya detestado
ciertos impulsos que han hecho a los protagonistas separarse.
El argumento no para de dar giros
sin llegar a marear, de hacer que la historia se llene de nudos evitando caer
en la redundancia de hechos. Se desarrolla de manera cíclica y presume de una
estructura circular muy bonita en la que vemos como, en el mismo momento en que
una vieja historia de amor completa su ciclo, otra, más joven e inocente,
inicia sus pasos. La trama, para mi parecer, está construida de forma muy
inteligente pero aquí es donde le tengo que poner un pero, una pega. Este libro
no me ha resultado fácil de leer ya que he tenido que estar muy atenta a todo. En
esta obra, el autor nos presenta la historia narrada desde el punto de vista de
varios personajes sin llegar a usar el perspectivismo puro, eso sí, y ocupando
un periodo de tiempo muy extenso en el que da muchos saltos. Esto ha hecho que
haya tenido que estar pendiente de quién me estaba contando qué, cuántos años
habían pasado, la situación en la que se encontraban, … llegando a provocar que
en las primeras líneas de cada salto temporal estuviera un poco perdida.
Centrándonos ya en lo personal, he
adorado cada uno de los detalles que hacen que esta obra tenga su sello
personal. Me parece que, al tratar tanto el tema del destino y aunque yo no
crea en que las cosas están escritas desde un primer momento, hace de la
historia una adicción, un misterio que se necesita resolver. Me ha llamado
mucho la atención cómo lo que al principio parecían detalles sin importancia,
como el campanilleo o el anillo, han acabado siendo factores determinantes. Tiene, además, una función catártica
muy interesante y cuando acabas las últimas palabras te deja un buen sabor de
boca.
Obviamente y sintiéndolo mucho,
no creo que vaya a estar en mi top de final de año, pero eso no le resta valor.
Es una historia entretenida, bonita, dolorosa a rabiar, fresca, con una trama
poco vista o que, al menos, yo no estoy acostumbrada a leer. En definitiva: me
ha resultado besgarradoramente entrañable.
Juan Carlos
Valero, en el blog de su novela, nos cuenta lo siguiente sobre él mismo:
<<Vine
al mundo allá por el mes de abril de 1966, en Barcelona. Estudié para
fotógrafo, en la época del revelado de negativos y el positivado manual, mucho
antes de que la informática cambiara todo el sector y me reciclé a informático
que es lo que me da de comer cada día. Radioaficionado y curioso por las
temáticas paranormales (vamos, que me gusta más una historia de fantasmas que a
un tonto conducir un tranvía), la literatura siempre estuvo presente en mi
vida. Gracias a la influencia de mis padres, crecí con un libro en las manos.
Ellos me enseñaron la belleza de la lectura y nunca más pude dejarla.
A lo largo
de los años escribí algunos relatos cortos de ciencia-ficción que no pasaron
del círculo de conocidos, aunque alguno se intentó publicar con poco éxito.
Durante un par de años nos dedicamos entre algunos amigos y yo a publicar una
revista de aficionados (un fanzine) de nombre PULSAR, donde vieron la luz
algunos relatos míos junto con trabajos de algunos colaboradores.
Padre de dos
hijos, divorciado y en trámites de formar nueva familia, intento plasmar en mis
obras algo de lo que la vida me hizo vivir. Así que finalmente me puse por
faena y plasmé mi primera novela "Con Cuatro Rosas", en parte reto -
por ser literatura romántica, muy alejada de lo que escribía normalmente - y en
parte deseo insatisfecho de plasmar una temática que considero muy importante y
que es el amor.
Actualmente
trabajando en otro libro, todavía sin fecha de finalización.>>
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